Las personas pasamos gran parte de nuestras vidas en interiores. Para ser más precisos, un estudio de comportamiento humano llamado “The National Human Activity Pattern Survey” afirmó que pasamos un 87% de nuestras vidas en recintos cerrados (hogar, establecimientos educativos, lugares de trabajo, entre otros). En este sentido, es de vital importancia prestar atención a su diseño.

Los ambientes agradables influyen positivamente en nuestro estado de ánimo, así como los lugares mal iluminados e incómodos pueden hacernos sentir abrumados e incrementar la ansiedad.
Al diseñar un interior, podemos “jugar” con las variables de luz, materiales y colores para generar percepciones específicas. Estas decisiones influyen directamente en la experiencia de las personas que lo habitan.
¿Cómo generamos experiencias con colores?
Hay elementos que pueden cambiar la percepción del espacio sin hacer grandes cambios: la pintura y los revestimientos. La disposición de los colores o texturas cambian la perspectiva haciendo que una habitación parezca más alta, larga, ancha o que resalte un elemento en particular.

9 formas de usar el color para crear experiencias en interiores

¿Cómo ampliar un espacio?
El mejor método para crear una sensación de amplitud es usar colores claros. Estos reflejan la luz natural y hacen que las superficies parezcan más grandes a la vista.

Compactar un espacio
Por el contrario, cuando buscamos que una habitación parezca más compacta, pequeña o acogedora, la solución está en usar colores más fuertes en las paredes. Estos absorberán la mayor parte de la luz natural, dando una sensación envolvente.

Hacer que el techo parezca más bajo
En algunas circunstancias, bajar la altura del techo puede provocar una sensación de intimidad o refugio. Al pintarlo de un color más oscuro que las paredes, o dejar expuesta la textura del material, dará la impresión de que el techo es más bajo de lo que realmente es.

Estirar una habitación
En otras situaciones buscamos generar el efecto contrario. Los espacios con techos muy bajos pueden causar sensación de claustrofobia. Para solucionarlo, pintar las paredes de un color oscuro y dejar el techo blanco nos hace percibir que el techo es más alto de lo que realmente es.

Aumentar el ancho de los interiores
Pintar la pared posterior y el techo con un mismo color más oscuro, dejando las paredes laterales más claras, hará que el espacio parezca más ancho y espacioso. Esta es una técnica ampliamente utilizada en pasillos o habitaciones angostas.

Estrechar el espacio
Pintar las paredes laterales opuestas en colores oscuros y dejar el fondo y el techo en colores claros hará que el espacio sea más estrecho para los ojos, mejorando la proporción de habitaciones con dimensiones desequilibradas.

Acortar un lugar
Una estrategia para que los espacios demasiado grandes se perciban más pequeños o “íntimos” es pintar la pared posterior de tonos oscuros. El contraste con los colores más claros de las otras paredes generará el efecto que buscamos.

Destacar una pared
Para resaltar una pared específica, se recomienda usar revestimiento o pintarla de un color más claro en comparación con las demás superficies. Esto hace que el ojo se sienta atraído hacia ella.

Acortar paredes muy altas
Si la idea es acortar las paredes que resultan demasiado altas para el diseño de un ambiente, se debe aplicar un color o revestimiento más oscuro en la parte inferior, como vemos en el ejemplo de la foto.

“Cada combinación de colores produce su propia música”- Pablo Picasso.
La interacción entre los espacios y las personas está lejos de ser estática. El color afecta las propiedades visuales de los interiores para generar experiencias diversas. Ahora que ya conocemos estos 9 efectos, podemos ponerlos en práctica cada vez que planifiquemos remodelar nuestros ambientes.