Para entender de qué se tratan las ciudades de 15 minutos, es necesario detenerse a pensar un momento en el lugar donde vivimos. ¿Cuánto tiempo nos toma llegar caminando a un supermercado? ¿Y si queremos ir a nuestro trabajo en bicicleta? ¿A cuántos minutos estamos de un parque público, un consultorio médico o una escuela? Si la respuesta es “más de 15 minutos”, posiblemente nuestra localidad no entre en la categoría.
En este artículo vamos a conocer las claves de esta nueva forma de planificación urbana y cómo los países del mundo ya están rediseñando sus barrios para aumentar la calidad de vida de sus habitantes.
Ciudades de 15 minutos: cercanía y comunidad
La idea fue desarrollada por Carlos Moreno, el director científico de la cátedra de Territorio e Innovación de la Universidad Sorbona en París. Él basó su trabajo en los antecedentes de la urbanista norteamericana Jane Jacobs, quien propuso en 1960 el concepto de ciudad viva.
Con sus investigaciones, Moreno buscó mejorar la calidad de vida a través de la hiperproximidad. Es decir, la cercanía a servicios públicos y privados, sitios de trabajo, parques y lugares de entretenimiento. Áreas a las que se podría llegar en bicicleta o a pie en no más de un cuarto de hora.
En una charla para el Colegio de Ingenieros Civiles de México, Moreno detalló 6 aspectos fundamentales a los que las personas deben poder acceder en la vida urbana: alojarse, trabajar, aprovisionarse, tener acceso a la salud, aprender y divertirse.
Desde su punto de vista, la ciudad debe ser una aliada, una inspiración y no un obstáculo para el desarrollo de una vida plena. Por eso, el concepto propone una mejora en el diseño que fomente comunidades más saludables.
Por el mundo: 6 ciudades que aplican el urbanismo de los 15 minutos
Muchos legisladores de diferentes países ya están comenzando a dar una nueva vida a sus núcleos urbanos a través de la planificación estratégica. El plan consiste en descentralizar servicios y reorganizar las calles. Este cambio de paradigma significa dejar de priorizar al 100% a los automóviles y otorgar mayor relevancia a peatones y ciclistas. Es decir, que el diseño esté centrado en la comprensión de las necesidades y los deseos de quienes habitan los espacios.
París (Francia), bajo el gobierno de Anne Hidalgo y con la guía de Carlos Moreno, comenzó un plan para fomentar el desarrollo de comunidades más autosuficientes. Apodado Ville de quart d’heure -o la ciudad del cuarto de hora-el proyecto busca transformar la gran urbe en vecindarios eficientes, para reducir la contaminación y crear áreas dinámicas y vitales.

Copenhague (Dinamarca) es otro ejemplo bastante conocido. Hace tiempo que puso en el centro de la movilidad urbana a las bicicletas. Incluso las ciudades estadounidenses están analizando más de cerca este modelo. Más aún después de las lecciones aprendidas y la reflexión en torno a la pandemia de COVID-19.

Portland (Oregon, Estados Unidos) adoptó un plan de acción climática innovador a finales de la década de 2000: los barrios de 20 minutos. Su objetivo es que el 90% de sus residentes puedan acceder a sus necesidades básicas a pie o en bicicleta antes de 2030.

También podemos citar a Melbourne (Australia), que inició un programa de reforma de las licencias de construcción para apoyar la diversidad de las viviendas, financiación de instalaciones de arte público, espacios recreativos y la renovación de las calles de los centros de actividad.
China no se queda atrás: ciudades como Shanghái y Cantón ya tienen barrios llamados círculos de vida comunitaria de 15 minutos.
Más tiempo para disfrutar, más beneficios para el planeta
En aquellos lugares donde las personas pasan largas horas viajando en auto o transporte público, hoy existe un enfoque que busca “devolverle las calles a la gente”. Es decir, recrear un sentido de vecindario y fomentar las conexiones humanas.
Este modelo de ciudad no es solamente una tendencia, sino una estrategia de diseño sostenible que está más cerca de lo que creemos.
Nuevo Malagueño: un proyecto con la esencia de las ciudades de 15 minutos
Nuevo Malagueño es el tercer desarrollo urbano que llevamos adelante desde DENAT. Próximo a su lanzamiento, se trata de un barrio pensado en clave contemporánea cuyo diseño estratégico está alineado al urbanismo de los 15 minutos. Es un proyecto que apuesta a una comunidad donde las personas puedan educarse, trabajar, hacer negocios y relajarse en un solo lugar: un entorno variado, seguro y sustentable.


Diseñado por expertos de larga trayectoria, el barrio se encuentra inmerso en la ciudad de Malagueño y próximo a urbanizaciones ya consolidadas. Esto facilita el acceso a múltiples servicios y actividades comerciales en funcionamiento, así como también permite conectar con comunidades estables. De esta manera, Nuevo Malagueño se transforma en un lugar donde todo lo necesario para realizar las actividades del día a día está a pocos minutos y a una caminata de distancia, sin necesidad de utilizar transporte público o vehículo privado, fomentando el desarrollo de una comunidad más activa, conectada y saludable.